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Todo comenzó en el Barrio San Pablo, en una tarde lluviosa de julio de 1934, cuando un grupo de apasionados del noble arte del boxeo, vecinos del cité «La Conga», resguardándose de la lluvia en el umbral de la Panadería «La Porteña», decidieron forjar una academia donde se pudiera impartir el conocimiento del boxeo.

Aquella idea, surgida en una simple conversación, cobró vida el 17 de agosto de 1934, fecha en que se fundó el «Club México Boxing». Los pioneros detrás de este proyecto fueron Humberto Vásquez Mellafe, Raúl Poblete, Luis Magalón, Tomás Jiménez, Víctor Paulsen, Guillermo Alicón y otros soñadores que no sobrepasaban los treinta años, quienes luego se convirtieron en directivos y boxeadores del México.

El primer Comité Directivo del «Club México Boxing» fue liderado por el señor Alberto Serrano Ortiz, quien ocupó el cargo de presidente.

La primera tarea del comité fue encontrar un local adecuado para llevar a cabo sus actividades. Gracias a las investigaciones de Humberto Vásquez, se descubrió que un anciano de apellido Toro, un apasionado del boxeo, era el dueño de un establo en la dirección San Pablo 1617, el cual se encontraba desocupado. Prontamente, el propietario accedió a alquilarles el espacio, que los socios transformaron en un gimnasio que más tarde se convertiría en el legendario «Barracón de la calle San Pablo», cuna del México. Aunque ese local ha sido demolido, en su lugar se erige ahora un puente sobre la Autopista Central.

Los primeros años de existencia del México no estuvieron exentos de dificultades. El club atravesó varias crisis económicas, donde las deudas presionaban a la incipiente institución. Sin embargo, el México había nacido para alcanzar la grandeza, y las adversas condiciones económicas no hicieron más que templar el espíritu de sus miembros.

Un acontecimiento trascendental en la historia del club fue la visita del presidente de México, el Licenciado Adolfo López Mateos, en enero de 1960. El mandatario acudió a la sede del club y fue testigo de la lucha de los socios por mantener y consolidar una institución que llevaba el nombre de su nación. Durante su visita, el comité directivo, presidido en aquel entonces por Juan Raúl Miranda, solicitó al presidente su apoyo para desarrollar de manera más efectiva al Club México.

La ayuda de la nación mexicana llegó en momentos trágicos. El terremoto de mayo de 1960 sacudió profundamente a nuestro país, y las muestras de solidaridad de nuestros amigos extranjeros no se hicieron esperar. La imagen de nuestra nación prácticamente en ruinas impactó profundamente al presidente López Mateos, quien dispuso la implementación del Plan Chileno Mexicano de Cooperación Fraterna, que aportó fondos para la reconstrucción de numerosas escuelas y hogares que llevaban el nombre de México.

Así, el Club México Boxing continúa su camino a través de las décadas, dejando una huella imborrable en la historia del boxeo y en el corazón de sus seguidores. Con cada combate, cada entrenamiento y cada gesta deportiva, se mantiene vivo el espíritu de aquellos soñadores que, en una lluviosa tarde de julio, decidieron forjar una institución que trascendería el tiempo y el espacio. La historia del Club México es un testimonio de perseverancia, pasión y valentía, y seguirá escribiendo su leyenda en cada golpe que retumba en el ring.

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Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

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